domingo, 10 de mayo de 2009

Fronteras


Elena Fasano Guarini e Paola Volpini

Frontiere di Terra, Frontiere di Mare. La Toscana Moderna nello spazio mediterráneo

FrancoAngeli

Milán 2008

ISBN978-88-464-9258-6

352 páginas


Hace diez años, cuando estaba terminando de redactar mi libro sobre las relaciones exteriores en la Edad Moderna para Alianza Editorial, se contaban con los dedos de la mano los estudios dedicados a las fronteras. Durante el siglo XIX y hasta poco antes de la Segunda Guerra Mundial hubo numerosos estudios y monografías que acompañaron a la definición de los límites naturales y jurídicos de los estados nacionales que se estaban fraguando en Europa. Quizá esta intencionalidad, legitimadora de reivindicaciones que fueron causa de la catástrofe que asoló al continente entre 1914 y 1945, con un saldo de decenas de millones de muertos, dejó casi en el olvido un tema que fue visto con recelo y con algo de prevención durante la reconstrucción de Europa. En la postguerra se querían olvidar los límites que dividieron, derribar fronteras y avanzar hacia la unidad europea, estudiando lo que une más que lo que separa parecía la consigna a seguir. No obstante, los estudios de Noël en los años 60 del siglo XX ilustraron una visión de las fronteras como espacios de encuentro más que de separación y, más adelante con el auge de la nueva historia política, historiadores como Bèly, Sahlings y Nordman han abierto una nueva forma de analizar y estudiar los espacios fronterizos. Para empezar, desechando prejuicios e ideas preconcebidas, abandonando nacionalismos estrechos, supuestos agravios históricos y reivindicaciones anacrónicas. Las fronteras son espacios de intercambio, confines donde se diluye la jurisdicción de un soberano y se transita hacia la de otro, barreras naturales vacías de soberanía (cadenas montañosas, desiertos, mares) o en los que se solapan las de un conjunto de instancias jurisdiccionales amalgamadas (obispos, ciudades, señores, etc…) dando lugar a “pequeños estados de frontera”. La colección dirigida por Alessandro Pastore, Confini e frontiere nella storia. Spazi, società, cultura nell’Italia nell’età moderna es muestra de la madurez de las investigaciones de este género, siendo éste el octavo volumen de una serie que es ya referencia ineludible para quienes quieran conocer el mundo de las fronteras en la Edad Moderna, con volúmenes monográficos dirigidos por reconocidos especialistas. La Toscana, entre las montañas y el mar, fue una región cuyas fronteras interiores evolucionaron conforme se fueron consolidando los estados territoriales (el Gran Ducado, la República de Lucca, el Estado de los Presidios, etc…). Como se aprecia en los trabajos aquí reunidos, las fronteras políticas, fiscales y eclesiásticas, rara vez coincidían. En la segunda mitad del siglo XVII se observa un proceso de ordenación del territorio, los gobernantes irán imponiendo en su actuación una lógica inmobiliaria que contemplará un cambio de concepción, de señores de vasallos a propietarios de territorios. Un cambio que afectó a la idea misma de la soberanía, ésta pasará de entenderse como una relación de autoridad del príncipe sobre sus súbditos a la simple posesión del territorio con sus individuos dentro de él. La soberanía territorial, que nació por motivos fiscales, se situó en la antesala de un concepto más elaborado de la soberanía nacional, ya en el siglo XIX.

Manuel Rivero Rodriguez

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